Tengo ya mucho tiempo en el sube
y baja. Cinco meses más o menos. La mayoría de las veces es mucho más lo que
bajo que lo que subo y siento que tengo yo misma que arrastrarme a hacer las
cosas.
Todas las personas con trastorno
afectivo bipolar, o al menos hasta donde yo tengo conocimiento, pasamos por
etapas muy parecidas a las de una persona atrapada por el alcoholismo: negación,
reconocimiento, enfrentamiento, control, supervivencia y aceptación. Es duro
todo lo que se vive en cada etapa. Ese infierno dentro de mi cabeza es algo que
no le deseo a nadie, a nadie! Tal vez me anime en algún momento a describir mi
experiencia.
Por los momentos solamente podría
decir que pasé casi 40 años de mi vida encima de una montaña rusa, pero de esas
que están tan viejas y sin mantenimiento que sientes que en cualquier instante
te vas a matar.
Hay tres pilares básicos en el
tratamiento es esta enfermedad: el tratamiento farmacológico, la psicoterapia y
una red de apoyo donde familiares y amigos juegan un papel importantísimo. En
esa red de apoyo debería haber al menos un cuidador, que no es más que al menos
una persona que pueda identificar que estamos entrando en crisis cuando no nos
damos cuenta nosotros mismos y pueda también identificar los estresores que
desencadenan esas crisis. Un estresor, o
desencadenante como también se le llama, es cualquier cosa que genere síntomas
que precedan a una crisis. Un estresor puede tener bases biológicas,
ambientales o emocionales. Creo que lo
más difícil es cuando el estresor es una persona del entorno cercano, como un
hijo o la pareja. Si esta persona está realmente comprometida afectivamente con
nosotros, lo más recomendable es que aprenda a identificar cuáles son los
patrones de su comportamiento que nos desestabilizan. Nosotros por nuestra
parte, una vez tomada la conciencia de enfermedad, debemos aprender a manejar
nuestras reacciones.
En mi caso particular, no tengo
un cuidador. Vivo prácticamente sola, con mis hermosos gatos y mi fiel perrita.
Mi hija menor se queda conmigo al menos cuatro o cinco días a la semana, pero
delante de ella trato de mostrarme lo más estable posible y me muerdo el
sentimiento y contengo todas las lágrimas. Mi pareja no está muy familiarizado
con el TAB, le he explicado a grandes rasgos de qué va todo esto y
recientemente le envié algo de literatura para ir más o menos teniendo
conocimiento del tema. No espero que lo entienda, pero sí que tenga el
conocimiento y me respete. En este punto, me siento cuidador de mi misma,
responsable de ser quien cubra todas las necesidades de parte de mi familia,
cuidador de las reacciones de mi pareja, cuidador de nuestra relación, cuidador
de mi trabajo para dar lo mejor de mí y no perder mi empleo, líder de mi equipo
de trabajo y la persona que debe mantenerse fuerte delante de todos los demás y
soportar las frases que tanto odio: Tú eres más fuerte que “eso”/ Tú puedes con
“eso” y más / Tú “siempre” terminas entendiendo “todo” / Es que eres tan
inteligente que “eso” no es nada para ti. Odio esas frases. Sobre todos en
momentos como este donde quiero literalmente saltar al vacío.
Afortunadamente estoy en un grupo
de apoyo por whatsapp donde estamos pacientes y profesionales de la salud
mental / cerebral y hablamos de temas varios, al menos nos distraemos un poco.
Y te tengo a ti espejito.
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