martes, 9 de mayo de 2017

¿Dónde están los ladrones?



No, no es la canción de Shakira. 

Es la pregunta que me hago sobre un incidente ocurrido en casa. Una tarde de la semana 17 de este año llegamos mi hija y yo y nos damos cuenta que faltaban cosas en nuestra terraza y había señales de que habían intentado entrar a la casa en sí. En la noche mi perrita comenzó a ladrar muy fuerte y cuando salgo a la ventana veo a alguien del lado de adentro de las rejas en el garaje. Di un grito de alerta y la persona salió corriendo. Llamamos a la policía, sorpresivamente llegaron rápido. Hicieron una revisión por toda la casa y dieron vueltas a la cuadra. Dijeron que posiblemente fueron unos indigentes que habían aparecido por la zona. Resulta que ese mismo día también se metieron en otras casas e intentaron entrar por las ventanas. Por acá la mayoría de las casas y apartamentos tienen rejas de seguridad y por eso no pudieron hacer nada. Tengo por vecinos a unos chicos que tienen una fábrica de accesorios para damas y caballeros y me contaron que ya una vez les pasó y que habían logrado atrapar al ladrón y le cayeron a palazos hasta que llegó la policía y se lo llevó.

Días más tarde pasa lo mismo pero yo estaba dentro de la casa. Había dejado a mi perrita afuera en la terraza para que corriera y jugara con los gatos de mi otro vecino, que por cierto estos gatos viven más conmigo que con su dueño claro que yo soy más divertida pues juego con ellos y los alimento. Luego les contaré sobre mis mascotas. En fin, estando dentro de la casa escucho un alboroto y tres hombres corriendo por los techos, gritando, le pegaron a mi puerta pidiendo entrar, mi perrita mordió a uno y le dieron una patada yo comencé a gritar y a llorar, ya venían haciendo de las suyas por la cuadra y alguien llamó a la policía, llegó la policía, atraparon a dos, casi que un reality show todo eso. Mi perrita está bien.

Desde entonces, el stress para entrar y salir de casa es enorme. Ando con un cuchillo en la cartera listo para ser usado, está bien a la mano. Me siento como en libertad condicional. Presa en mi propia casa pues apenas llego tengo que encerrarme y no salir más hasta el día siguiente. El stress, la paranoia, las ideas persecutorias, siento que cualquiera que ande por la calle con una pinta rara puede ser el ladrón, al pasar por la terraza siento que las rodillas me van fallando hasta que logro entrar y se me va pasando poco a poco. Así es muy difícil vivir. 

No estoy acostumbrada al encierro. Todo lo contrario. Me gusta el cine, el teatro, los museos, las galerías de arte, las librerías con salas de lectura, un café, comer con mis amigos, ir a un parque, participar en conversatorios sobre literatura, viajar, conocer gente, en fin… me gusta salir. Excepto claro cuando estoy en depresión que no quiero ver ni al sol. Ahora me siento como un tigre enjaulado. Y ahora que menciono todo esto, caigo en cuenta que desde que estoy con mi pasivo-agresivo no he hecho prácticamente nada de lo que me gusta hacer. Es decir, no es solamente el tema de la inseguridad. Hay más. Es curioso. Digno de seguir reflexionando.

Hoy tengo mi segunda cita con mi nueva psiquiatra. Veamos qué tal va.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No sé qué decir

Ya estamos a mitad de la semana 20 de este año 2017. han pasado algunas cosas desde la última vez que escribí hasta acá. No sé ni siquiera ...